MARIPOSAS DE ALAS ROTAS

En una ocasión leí que una mariposa puede volar con la mayor parte de sus alas rotas. Desde entonces no puedo evitar relacionar esa idea con algunas de las personas que revolotean a mi alrededor. Sobre todo aquellas que conviven a diario con el dolor... sea físico o emocional.

No nos acostumbramos al dolor, como mucho nos resignamos a él, o lo soportamos con mayor o menor entereza. Personalmente reconozco que transforma mi carácter a la baja. Bajo su opresión me vuelvo mas irritable, borde (abrupt que dirían los ingleses... tan polite ellos pa tó... ) e impaciente. Bueno, eso que yo sepa, que seguro que me pongo a preguntar y salen más cosas... jajajajajajja... ainsss.... Por eso hoy quiero rendir un sentido homenaje a las mariposas de alas rotas que conozco, y por extensión a todas las demás.

A algunas de ellas las mencionaré por nombre, se que no les va a importar. En ese grupo tenemos a Rosama, la mariposa guía que me enseñó con cariño y paciencia que los caminos del bienestar emocional no están reñidos con el dolor físico, y lo hizo sobre todo a través de su ejemplo. Consuelo Cañada Peña (Conchita, que diría Agus... jjjj) quien a pesar de sufrir una cascada de enfermedades crónicas entrelazadas, tiene el alma de un poeta y la sensibilidad de un niño, una delicia de mujer. Josefina Fernández Gómez, una mujer dulce y cariñosa, que te mira a traves del dolor desde el  algodón celeste de sus ojos y te hace sentir paz. Sara Gomez, que haría saltar las alarmas de cualquier detector de metales (tiene más tornillos en la espalda que Robocop) , siempre y cuando la migraña le dejase salir de casa... eso entre otros males... los bienes, muchos más... madre, amiga, poeta, pintora, artista y mujer maravillosa.

Otras que quedarán en el anonimato porque creo que así lo prefieren, como el chico que lleva una década luchando con la espondilitis anquilosante. Nunca lo sospecharías si le vieses, siempre impecable, luciendo sonrisa pícara y mirada de acero azul. Otro, tan solo un muchacho, con una enfermedad auto-inmune, su sistema devora la mielina de los nervios y le produce múltiples síntomas, entre ellos cansancio, parestesia, perdida de fuerza en las extremidades... mientras me lo cuenta se me parte el alma, parece que mis ojos lo reflejan porque enfrenta mi mirada con la suya, pausada y cálida, y me dice sonriendo tímidamente: "al menos no tengo dolor"

Luego están aquellas que fueron desgarrando sus alas a fuerza de arrastrar mas peso del que pueden soportar, o a quienes les fueron arrancadas por alguien que buscaba diversión. "Vamos a arrancarle las alas, a ver qué pasa...." Otras luchan al borde del abismo para no caer en el lado oscuro, intentando mantener el delicado equilibrio de la salud mental.

No creo que merezcan un homenaje por tener las alas rotas. ¿Quién no las tiene, de alguna manera? Este mundo parece una carrera de obstáculos, en la que nos vemos obligados a atravesar a ciegas vallados de alambradas tupidamente entretejidas, diseñadas para desgarrar nuestras alas, y de paso nuestras esperanzas, con el único propósito de hacernos caer por el camino.

No, creo que merecen un homenaje porque han decidido ser preciosas mariposas. No cansinas moscas, irritantes mosquitos o dañinos tábanos, sino mariposas. Criaturas exquisitas, obras de arte, no solo hermosas, sino productivas. Batiendo elegantes sus alas,aunque rotas se elevan victoriosas, iluminan nuestros días con destellos de colores, nos conmueven, nos animan, nos enseñan a luchar contra viento y tempestades manteniendo la sonrisa. Hacen todo esto y mucho mas... por mi parte solo admirar su entereza y desearles feliz vuelo.

© Cables Inconexos 2014